Antecedentes A medida que la destrucción de la biodiversidad y el cambio climático amenazan con poner en peligro la vida en la Tierra, las intersecciones entre el Arte y la Ciencia ofrecen nuevas herramientas para combatir esta crisis. Más allá de las intervenciones para reducir la huella ecológica, se hace necesario transformar nuestra mentalidad respecto al entorno. La era del Antropoceno reclama un cambio de paradigma a la hora de repensar las relaciones entre especies.


La evidencia de la crisis climática marca un punto de inflexión en la mirada humana, que ahora se dirige hacia "los demás" implicados en esta crisis: ¿cuáles deben ser las relaciones con otras especies que hagan viable su supervivencia? El reto ambiental requiere un reconocimiento de las interdependencias entre los organismos vivos, dando paso a una ética posthumana que asuma como referencia no al individuo, sino a la relación. Una ética que inspire nuevos modelos de ensamblaje entre los mundos natural y tecnológico que la lógica antropocéntrica mantiene separados.
Desde la Ciencia son abundantes las investigaciones sobre las costumbres y necesidades de los seres vivos no humanos, así como su papel en la biosfera. En el ámbito social son muchas las organizaciones que proponen considerar a los seres vivos no humanos como sujetos de derecho y no como meros recursos, desarrollando una ética posthumanista que reconozca la importancia de la interconexión entre todos los seres vivos.
